Los Derechos Humanos tal como los entendemos los humanistas -es decir, en su totalidad y plenitud- no están vigentes en ningún país del mundo. Hay países que se aproximan más que otros al ideal del humanismo pero la mayoría están lejos. Sin embargo, hábiles campañas publicitarias sostenidas sin réplica durante mucho tiempo han consagrado a alguno como el pretendido campeón mundial del tema. Es el caso de los Estados Unidos, imagen impuesta durante la Guerra Fría -prolongación de  la segunda guerra mundial- hasta  finales del siglo 20.

La contrapartida, producto de la misma campaña, fue para la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que quedó consagrada como sinónimo de violación o desconocimiento de los derechos Humanos. Sobre la base de verdad -hechos comprobados- de la oprobiosa metodología del ex seminarista  Joseph Stalin, victimario tanto de la oposición real como imaginaria se trasladó ese estigma a todos los gobiernos socialistas.

Ese esquema de una izquierda  que subordina los derechos humanos a las necesidades del Estado, perdura hasta hoy y persigue a los comunistas actuales. No importa que hayan condenado al estalinismo o que hayan realizado congresos donde han fijado políticas de revolución en paz y en democracia, o renuncias expresas a la metodología de la violencia o juramentos de respeto a la ley; a pesar de eso, muchos ciudadanos trabajados por los medios de comunicación siguen pensando que un “rojo” -por el color de la bandera partidaria- es una especie de ogro “come niños”.

Es hora de revisar esquemas. Desaparecida la URSS los ojos de muchos politicólogos, analistas y opinadotes, se han vuelto hacia los Estado Unidos de Norteamérica y observan atentamente su desempeño. En parte, el hecho de que criticar a los gobiernos de esa potencia militar no significa ya el mote automático de “comunista” ha alentado a profesores universitarios de ese país y, más tímidamente a europeos, a buscar la verdad debajo de la propaganda.

Como los Estados Unidos siguen demonizando a Cuba con el estigma de los Derechos Humanos -conocemos gente que aun consume los contenidos yanquis sobre el tema-  hagamos un ejercicio rápido de comparación entre ambos países.

En salud, educación y seguridad para todos los ciudadanos, los cubanos van a la cabeza en el mundo; en mortalidad infantil sus porcentajes están entre los más bajos; en cantidad de pobres y desprotegidos, en Cuba no hay mendigos y son muy pocos los que se podrían considerar pobres; en solidaridad internacional (médicos, maestros, asesores industriales, militares, etc) a países que lo reclaman aunque no haya catástrofes naturales, Cuba está presente en dónde lo llaman: Estados Unidos -cuyo valor central es el dinero- presta fondos a los países arrasados -caso Haití- para después fijarle políticas que le reditúen económicamente; en materia de libertades en Estados Unidos hay escuchas telefónicas, la CIA controla Internet  y las garantías individuales están suspendidas desde el 11 de Septiembre de 2001; en Cuba se denuncian 75 presos políticos. Algunos son presos comunes que buscan beneficios y otros lo son en un contexto de guerra permanente no declarada con EEUU. Cuba ha sido invadida -recordemos Playa Girón- saboteada, atacados sus cultivos de azúcar con elementos químicos, se ha intentado matar a  Fidel Castro mientras fue presidente  muchas veces -si no quieren creer que fueron 600, digamos muchas- y todo eso no ha sido respondido por Cuba. Eso si, en la isla hay un alerta permanente con las Organizaciones NO Gubernamentales (ONGs) que se introducen desde EEUU para crear problemas internos al gobierno cubano. Es una guerra, insistimos, pero unilateral.

Lo mismo sucede si comparamos números de detenidos por razones políticas en un país o en otro. El número de gente detenida en Guantánamo por el gobierno de Bush y que Obama mantiene en condiciones inhumanas- es largamente superior a los 75 que se mencionan en Cuba. Estados Unidos mantiene en la cárcel, condenados a penas que van de 10 a 30  años, a cinco cubanos acusados de espionaje.

Entonces, ¿hasta cuándo vamos a seguir pensando que se defiende a Cuba pero Cuba debiera mejorar su política de Derechos Humanos? Volvamos a leer todo de nuevo por favor. Si hay un país que no respeta esos derechos es, precisamente, el que ataca a Cuba.

Volveremos sobre el tema porque estamos empeñados en que se sepa la verdad y se abandonen los esquemas. Hay un  punto que rechazamos los humanistas y eso está tanto en Cuba como en Estados Unidos: es la pena de muerte. Una crueldad ineficaz y lo decimos con todas las letras.