La nueva Constitución de Bolivia es un ejemplo para el mundo. Lo dijo la Alta Comisión para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en una carta. Allí escribe Jean Ziegler: «En esta Constitución el derecho a la alimentación y el derecho al agua están explícitamente garantizados. Esta norma constitucional es ejemplar para todos los pueblos del mundo».
¿Usted tiene agua? ¿Tiene alimentos? ¿Todos los días? Si viviera en Bolivia los tendría por ley, pero recién a partir de que se apruebe la nueva Constitución, que dedica el capítulo Segundo a los Derechos Fundamentalísimos, los que son “inviolables, interdependientes, indivisibles y progresivos”. También deja claro que está entre los deberes del Estado “promoverlos, protegerlos y respetarlos».
El nuevo texto constitucional deberá ser aprobado o rechazado por el pueblo mediante un referéndum constitucional. Estamos seguros de que los hermanos bolivianos tendrán la presencia de ánimo suficiente para vencer amenazas y aprobar el texto.