“Nace un nuevo organismo regional de América Latina y el Caribe. La Cumbre de Cancún (grupo de Río) dio nacimiento este martes en México a un nuevo bloque regional de los países de América Latina y el Caribe. El espacio no será integrado por Estados Unidos ni Canadá. Hubo respaldo al reclamo argentino contra Gran Bretaña.”
El reporte -con bajada de cable- de la agencia «Pulsar» rebosa optimismo de tan escueto y descriptivo que es. El entusiasmo ha sido tan manifiesto en los gobiernos progresistas de América Latina, como el escepticismo en la extrema izquierda y la cautela en la derecha empresarial que valora la posibilidad de negocios en un bloque independiente de la tutela norteamericana. La derecha troglodita…ya sabemos.
El fracaso de la OEA ha ido en paralelo al deterioro de la relación entre los Estados Unidos de Norteamérica con el resto de los países. Principalmente porque en base a la doctrina Monroe que establecía el principio de “América para los americanos” los EEUU se atribuyeron la libertad de invadir -a veces reiteradamente- a cualquier país de la zona. Fue permanente el tutelaje que ejercieron, con la complicidad obvia y necesaria de los gobiernos títeres de los países de centro y sur de América, en cada reunión de la organización y en cada disputa entre países. Sin ir demasiado atrás, en la última reunión cumbre Obama creyéndose por encima de otros presidentes, se reunió sólo con algunos, habló pero no escuchó.
Durante 62 años -desde 1948- la OEA ha tenido su sede en Washington y desde allí ha incitado, producido y legitimado golpes de estado en toda la región, hasta en este mismo siglo, el año pasado -28 de junio- en Honduras. La expulsión de Cuba “por haber adherido al comunismo”, el aislamiento conque se castigó la actitud independiente de este país y la preparación de una fuerza militar regional dispuesta a invadirla en 1963 son sólo algunas de las tropelías de los Estados Unidos convalidadas por la OEA.
En este blog, como en muchas conferencias desde 2002, hemos explicado que la creación de un bloque latinoamericano es, por una parte, la única salida para que los pueblos de la región sean independientes y dignos. Por otra, es la creación de un formidable espacio regional destinado a protagonizar la historia de este siglo, aportando valores practicados como la Paz y la convergencia de culturas originarias y europeas. En ese camino, una nueva organización o «Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños» es un paso importante. Felipe Calderón, anfitrión en Cancún, México, donde se realizó la cumbre, la definió como «un espacio regional propio que una a todos los estados» funcionando en paralelo a la OEA, al menos por un tiempo.
El nacimiento del bloque regional fue aprobado por 32 países de América Latina y el Caribe. Honduras no estuvo presente porque su presidente, Porfirio Lobo, no fue invitado al cónclave por haber sido elegido mientras regía un golpe de Estado. Una vez redactados los estatutos y reglamentos el organismo comenzará su labor en el próximo encuentro del Grupo de Río, que será en Caracas, Venezuela, en el 2011.
La Cumbre también respaldó el reclamo de Argentina ante Gran Bretaña por el inicio de exploración petrolera en las Islas Malvinas reafirmando la soberanía argentina sobre ese territorio.
América Latina sigue avanzando hacia su integración.