por | 16 Ago 2013 | Volver a Inicio
Recibimos una invitación del diputado de la Legislatura porteña Edgardo Adrián Form, del Bloque Nuevo Encuentro, quien nos convoca a un tema que nos es caro a los argentinos: el destino de las islas Malvinas. La opción parece ser la continuidad de esa parte de nuestro territorio insular usurpado como colonia británica y base aeronaval de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), o la Descolonización que traerá la paz y convalidará la soberanía de Argentina. Bajo a coordinación del diputado Edgardo A. Form un panel abordará el asunto.
Declaración de interés educativo a
MALVINAS. DESCOLONIZACIÓN, PAZ Y SOBERANÍA
Los panelistas convocados son: Stella Maldonado (Secretaria General de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina – CTERA); Rina Bertaccini (Movimiento por la Paz y la Soberanía y la Solidaridad de los Pueblos – Mopassol); Rogelio De Leonardis (Secretario de Derechos Humanos de la CTERA); Delia Bisutti (Diputada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires); y “Tito” Nenna (Diputado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Coordinación: Dip. Edgardo A. Form.
La reunión es el martes 20 de agosto de 2013 a las 18:00 hs en la Sala Meyer Dubrovsky del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”, Av. Corrientes 1543, 3º piso, Capital Federal
www.edgardoform.com.ar
por | 9 Ago 2013 | Volver a Inicio
Una información difundida por Pressenza IP da cuenta de un acto de La Comunidad para el Desarrollo Humano de Buenos Aires, Argentina, en recuerdo del aniversario 68 del ataque nuclear por parte de los Estados Unidos a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El encuentro se realizará de 13 a 18 en el Parque Centenario de la Ciudad de Buenos Aires, en la entrada más cercana a la avenida Díaz Vélez y Marechal, donde se encuentra el anfiteatro.
La exhortación de La Comunidad es: “Sumate y atrevete a cambiarlo todo!”
Para más información: [email protected] [email protected]
por | 7 Ago 2013 | Volver a Inicio
Ayer día 6 los humanistas nos hemos pronunciado, como todos los años, por un mundo en paz, lo que equivale a decir, en principio, un mundo sin armas. Un proceso -ojalá no extenso- al que se llegará priorizando la eliminación de las bombas nucleares.
Nuestras manifestaciones han sido en recuerdo de Hiroshima y, adelantándonos unos días, de Nagasaki, donde las primeras bombas atómicas mataron a decenas de miles de personas para que los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU) sentarán primacía sobre las demás naciones del planeta. Un mal sueño y una peor realidad.
Muchas otras voces se han alzado para demandar cordura, sabiendo de antemano que resultará vano cualquier esfuerzo que apele sólo a la conciencia de los gobernantes, a la visión de los militares o a la convicción ideológica. Es bueno decir lo que el sentido común dicta a los ciudadanos inteligentes porque la manifestación de los principios y los valores humanos es un norte al cual enfilar las intenciones, pero no basta. Probablemente por mucho tiempo no se alcance la madurez necesaria para que la paz llegue como fin de un proceso de crecimiento de la conciencia colectiva.
Así lo entendemos los humanistas, que mantenemos el contacto con el alcalde y con la campaña «No más Hiroshima» que cada año reitera a las potencias nucleares la necesidad de poner fin a la amenaza de esas armas.
Por todo eso es importante poner de relieve las propuestas que puedan hacer viables los anhelos de los seres humanos que creen en sus posibilidades de desarrollo en armonía social. La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, inspirada en las enseñanzas de Silo, que tuvo lugar entre octubre de 2009 y enero de 2010, fue un alerta de repercusiones planetarias.
Ahora, una noticia que llega desde Islamabad contribuye a reforzar el punto de las condiciones primarias para lograr el fin deseado. «El desarme nuclear mundial es factible si garantizamos una seguridad igual y sin menoscabo para todos los Estados», dijo el portavoz del Ministerio pakistaní de Relaciones Exteriores, Aizaz Ahmad Chaudhry, cita la agencia Prensa Libre. En su opinión “ese proceso debe cumplirse de manera no discriminatoria, universal y verificable».
Pakistán y la India son los únicos países asiáticos con armas nucleares y están fuera del poco convincente Tratado de No Proliferación. La relación que mantienen es ambigua y desde 1947 han librado tres guerras, causando preocupación a sus pueblos, a los países vecinos y al resto del mundo. Aún hoy, está vigente la disputa por el territorio de Cachemira. En ese contexto cobran especial relevancia las declaraciones del funcionario pakistaní.
Según la agencia Prensa Libre, “Chaudhry recordó que ambos países han adoptado varias medidas de fomento de la confianza, incluidos una línea directa entre sus secretarios de Relaciones Exteriores; acuerdos sobre notificación previa de pruebas de misiles balísticos y la prevención de accidentes relacionados con las armas nucleares.”
No es mucho, evidentemente. Pero preferimos enfatizar el beneficio de patrocinar medidas de equilibrio y amistad y la lucidez de plantear el problema en su real dimensión: se necesita un acuerdo global donde se negocie en paridad y “sin menoscabo para todos los estados… de manera no discriminatoria, universal y verificable». Es un buen sueño. Y es reconfortante trabajar para que sea una mejor realidad.
por | 6 Ago 2013 | Volver a Inicio
El 6 y el 9 de agosto son las fechas que recuerdan dos de los más terribles acontecimientos vividos por la humanidad: los pobladores de las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki fueron arrasados por decisión de quienes querian fundar un Imperio.
Los Estados Unidos de Norteamérica finiquitaron la Segunda Guerra Mundial sometiendo por el terror no sólo a los japoneses sino a la mayoría de la población del mundo occidental. Entre las ruinas de esas ciudades desvastadas nacía el poder -hoy tambaleante- de un país que sigue siendo la potencia militar dominante y actúa como amo del mundo.
Con el más profundo anhelo de paz los humanistas recordamos la ignominia vivida por la humanidad en estas fechas, rendimos homenaje a los mártires involuntarios y exhortamos a construir un mundo en paz y sin violencia.
A continuación difundimos el posicionamiento del Partido Humanista de Argentina.
NOTA DE PRENSA – Buenos Aires, 6 de Agosto de 2013
6 de agosto de 1945, Hiroshima / 9 de agosto de 1945, Nagasaki
El 6 de Agosto de 1945 a las 8 AM, el presidente Truman de EEUU ordenó arrojar la primera bomba atómica del mundo sobre Hiroshima. El 9 de Agosto de 1945, era lanzada la segunda bomba atómica sobre Nagasaki. En segundos las dos ciudades fueron arrasadas y decenas de miles de personas murieron en un instante. En los días posteriores fueron muriendo los que se encontraban más alejados de los centros de la explosión y los pocos supervivientes sufren aún hoy las consecuencias de la radiación, las que se han ido transmitiendo a las generaciones posteriores. Días después se producía la rendición del Imperio japonés, marcando el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los autores de aquella masacre pretendieron justificarla alegando que era necesario forzar la rendición del enemigo para evitar males mayores, pero la realidad es que aquella monstruosidad ha creado un peligro mucho mayor porque el ingenio nuclear que ellos alumbraron ha crecido y se ha multiplicado hasta amenazar la existencia de toda la humanidad.
Para evitar que se repita una catástrofe nuclear en el futuro debemos actuar hoy. Es necesario crear conciencia de la necesidad de distensión y de cooperación entre los pueblos.
Desde fines del 2009 hasta el 2 de Enero del 2010, el Partido Humanista impulsó activamente -junto a otras organizaciones- la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia que recorrió el planeta exigiendo: el desarme nuclear total a nivel mundial; el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados; la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional; la firma de tratados de no agresión entre países y la renuncia de los gobiernos a utilizar la guerra como medio para resolver conflictos.
Desde el Partido Humanista de Argentina apoyamos decididamente los avances que se han producido en nuestro país en este sentido, de los cuales destacamos:
• El reclamo por la soberanía de la Islas Malvinas llevado a través de medios diplomáticos y pedidos de diálogo. • La formación del bloque regional de la UNASUR y el fortalecimiento del Mercosur.
• La defensa a ultranza de la democracia en nuestro continente y el mundo, puesta a pruebas en los golpes de Honduras y Paraguay, y reafirmadas en los intentos de golpe de Ecuador y Bolivia.
• La desactivación de la crisis Venezuela-Colombia, gracias a los buenos oficios de nuestro país.
• La campaña nacional de desarme, para retirar de circulación miles de armas en manos de civiles.
Por ello el Partido Humanista insiste en reclamar a los poderosos el abandono de toda práctica violenta a la par que sus militantes trabajan cada día por superar toda forma de violencia en los ámbitos que les toca actuar.
PARTIDO HUMANISTA DE ARGENTINA
por | 2 Ago 2013 | Volver a Inicio
Rebelión ha difundido un reportaje a la ensayista Eva Golinger, una abogada y escritora nacida en Nueva York, que vive en Caracas desde 2005. Ganadora del Premio Internacional de Periodismo de México (2009), es autora del best seller “El Código Chávez: Descifrando la intervención de EE.UU. en Venezuela” (2006, Olive Branch Press; traducido a ocho idiomas) y de “Bush vs Chávez: La guerra de Washington contra Venezuela” (2007, Monthly Review Press), entre otros.
El autor del reportaje es el periodista Mike Whitney y aquí les ofrecemos sólo una pregunta que hemos seleccionado porque explica la política de EE.UU. hacia Venezuela. Quienes quieran leer la entrevista completa pueden hacerlo en http://www.counterpunch.org/2013/07/30/why-did-washington-hate-hugo-chavez/
– M.W.: ¿Por qué Washington odiaba a Chávez?
– E.G.: Supongo que Washington odiaba a Chávez por muchas razones. Por supuesto, el petróleo es una fuente primaria de la actitud agresiva de Washington hacia Chávez. Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del planeta, y antes de que Hugo Chávez fuera elegido, los gobiernos estaban subordinados a los intereses estadounidenses. De hecho, Venezuela estaba al borde de la privatización de la industria petrolera, junto con todo lo demás en el país, justo cuando Chávez fue electo. Así que el hecho de que un jefe de Estado que se sienta sobre las mayores reservas de petróleo del mundo –que EE.UU. necesita para mantener su exagerado modelo de consumo en el largo plazo– no esté subordinado a las consignas de EE.UU. resultaba exasperante para Washington.
Chávez no sólo se recuperó y transformó la industria petrolera para redistribuir la riqueza y asegurarse que las corporaciones extranjeras acataran las leyes (el pago de impuestos y regalías, por ejemplo), sino que también nacionalizó otros recursos estratégicos del país que EE.UU. tenía sus manos, como el oro, la electricidad y las telecomunicaciones. Es evidente que Chávez era una espina de gran tamaño en los intereses económicos de Washington en la región. Una vez que Chávez encabezó la creación de la integración y cooperación de América Latina, que condujo a organizaciones como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), así como Petrocaribe, Telesur (primera cadena de televisión de la región), y muchas iniciativas más, Washington rápidamente comenzó a perder influencia en la región. Esto también atrajo una hostilidad hacia Chávez aún mayor, ya que él era el principal líder e impulsor de la independencia y la soberanía de América Latina en el siglo XXI.
Washington y la élite venezolana tampoco podían soportar las maneras de Chávez y su forma directa de contar las cosas como son. No tenía miedo de nada ni de nadie, y nunca dio un paso atrás, siempre se mantuvo firme y dijo lo que creía, aunque no fuera lo diplomáticamente correcto. Y Washington lo odiaba por traer de vuelta el “mal” concepto del socialismo al mundo de hoy. Washington había intentado por todos los medios librar al planeta de cualquier cosa remotamente relacionada con el comunismo del siglo XX, por lo que “el socialismo del siglo XXI” de Chávez era una bofetada en la cara de la vieja guardia estadounidense, que todavía mantiene las riendas del poder en EE.UU.
Traducido para Rebelión por S. Seguí
por | 1 Ago 2013 | Volver a Inicio
Está en la red la Newsletter #642 de Monografías.com, que aporta una amplia diversidad de aportes. Los interesados pueden seguir esta página en Facebook, Twitter y Google+
A continuación publicamos un fragmento del Editorial.
Sueños del otro mundo
Por Mora Torres.
Al pensar en los sueños y también en quienes trataron de develar sus secretos, pienso en la memoria de la humanidad -Jung por poner un caso de recopilador de esa memoria (Implicaciones éticas de la memoria histórica)-, toda junta, que se ofrece cada noche hasta al más humilde de los seres humanos.
Un poco de eternidad para cada uno en cada sueño (Dios y el azar), algo que se le revela al individuo y que, si lo puede aprehender, como a veces ocurre, contribuye a la Gran Revelación (La Revelación de la Luna).
No sé si hay Dios detrás de nuestra carne perfecta, detrás de nuestro organismo puntual como un reloj suizo (Nada y Dios).
Pero al examinar los sueños percibo, como un flash, una ráfaga, la sombra de Alguien que nos piensa, que nos deja morir todas las noches para llenarnos de gloriosas creaciones, para que despertemos sabios un día de estos (Antígona y Sócrates o el precio de la sabiduría).
Los niños de ahora saben lo que es soñar y despertar; yo recuerdo mi infancia y la de mis hermanos y la de mis amigos como una vigilia muy larga o un sueño muy extenso. Todo tenía ese color y esa poesía que ya no encuentro cotidianamente, pero que sí encuentro en mi almohada.
También existía la pesadilla, que resultaba de una exasperación de los problemas diarios -una mala nota en el cuaderno-, y, a veces, de los monstruosos y maravillosos cuentos de hadas que devorábamos.
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Versión online: http://www.monografias.com/newsletters/642.shtml