La campaña orquestada contra Cuba a comienzos de este año y que va creciendo tiene en “El Mercurio” de Chile, el diario de los Edwards un puntal animoso aunque muchas veces poco serio. El “medio de comunicación”, que tuvo una activa participación desde 1970 en la caída de Allende, como vocero de la embajada de Estados Unidos y de los servicios de inteligencia de Pinochet, no vacila en mentir a la hora de infundir temor hacia el gobierno de la isla. Sobre todo en los ámbitos financieros.
Sin mucho ingenio y recurriendo a los fantasmas del “corralito” financiero argentino “El Mercurio” difundió la especie de que los empresarios extranjeros que invirtieron en Cuba -a pesar de las recomendaciones de los Estados Unidos- tenían limitaciones para retirar sus ganancias y sus fondos estaban cercados. Nada de eso es cierto.
Los capitales extranjeros en la isla están regulados por la Ley de Inversiones Extranjeras de Cuba mediante la que el Estado cubano garantiza la libre transferencia de los dividendos conseguidos con su inversión de acuerdo a la capacidad de liquidez del Estado cubano para hacer frente a sus obligaciones en el exterior. Es la normativa vigente, aceptada por las partes, desde 2009.
Es lo que ha explicado un grupo de chilenos radicados en Cuba, en una carta enviada al Ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alfredo Moreno. Empresarios conocidos como Manuel Tomás Gaona (MTG Export Import), Ángel Domper (TJP Internacional), Guillermo Jorquera (Merinter Limitada), Weinmann Gretel (Tres Lirios), Guillermo Leiva (Sur Continente S.A.), Marcia Ostornol (Ostarmal S.A.) y otros niegan la existencia de un “corralito” financiero y aclaran la situación puntual de Max Marambio. Consultar www.sergioacevedovalencia.com/2010/04/empresarios-chilenos-en-cuba…
Leemos en esa misiva:“La compleja situación financiera que vive Cuba ha sido provocada por los mayores gastos e inversiones que se hacen ante los devastadores daños causados por los huracanes del año 2008, la crisis financiera mundial, el criminal bloqueo que imponen los Estados Unidos de Norteamérica por ya casi cincuenta años y los compromisos asumidos por el país en las sustanciales mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos, como lo es el transporte, la electricidad y los bienes de consumo.”
A su vez, el empresario Ángel Romper negó que exista un “corralito” financiero” explicando que, aunque hubo un corto periodo en 2009 con demoras para la extracción de divisas, ese mismo año a partir de octubre se normalizó toda la operativa de pagos, cobros y remesas al exterior).
En relación al caso Max Marambio la carta explica: “Se trata de una situación puntual, ya que sus empresas, que son de carácter mixto, están siendo investigadas por la Fiscalía General de la República y la Contraloría General de la República, es un proceso de investigación ante los Tribunales de Justicia de Cuba y será de su competencia, dirimir las transgresiones que se hallan podido cometer a las regulaciones vigentes, problemas que no tiene ninguna de las empresas chilenas en Cuba.”
“El Mercurio miente” es una síntesis terrible que acompaña la historia del matutino de la derecha chilena desde 1968. En esa fecha, los estudiantes de la Universidad Católica colgaron un cartel con esa frase lapidaria sobre la fachada principal del diario. Para comprobar la veracidad de esa afirmación sólo hay que leer “El Mercurio” y contrastarlo con los otros medios.