El hombre que rastrea y captura las imágenes que sólo sus ojos ven en las rocas de la montaña, las comparte y las nombra para que los ciegos podamos ver lo que él ve. Rafael Edwards escribe: “Hay una cierta hora en que las rocas cobran formas y el dragón de la montaña parece agitarse en su sueño milenario, quizás irritado por los repentinos vientos que sacuden el lugar en esos momentos del día”.
Afortunadamente, son las 16 horas y el dragón duerme. Pasen y vean.