Las dictaduras promovidas y sostenidas  por los Estados Unidos en América Latina antes y durante la “Guerra Fría” han tenido representantes emblemáticos como Fulgencio Batista en Cuba; la dinastía de los Somoza -desde 1937 a 1979- en Nicaragua; Alfredo Stroessner (34 años en el poder) en Paraguay; los militares en Bolivia, Brasil y Argentina en las décadas de los 70 y 80…Pero tal vez ninguno opacó a los Duvalier, Francois y Jean-Claude, “Papa Doc” y “Baby Doc”  (29 años de terror) asociados a la escalofriante imagen de los “Tonton Macoute”.

Ahora, Jean-Claude Duvalier ha vuelto a Puerto Príncipe –“he venido a ayudar”, dijo- y su presencia desvela a los analistas. Las especulaciones más sencillas fueron las primeras en florecer: su presencia era una cortina de humo para distraer del gran tema no resuelto: las cuestionadas elecciones presidenciales. Según esa línea de pensamiento,  Duvalier entretenía a la gente mientras se “acordaba” una salida democrática. No se trata de que esta especulación sea pueril sino de que parece desproporcionado jugar una carta importante sólo para distraer y ganar tiempo en busca de una incierta solución electoral.

La hipótesis que se perfila más nítida a esta hora es que “Baby Doc” viene, con el apoyo de los Estados Unidos de Norteamérica, a hacerse cargo del poder. Por vía electoral, o por un golpe de estado, o por una insurrección popular, son detalles a ajustar. La situación social de Haití abona todas esas posibilidades y sólo es cuestión de tiempo.

Las elecciones celebradas el día 28 de noviembre de 2010 arrojaron resultados insatisfactorios para todos los sectores. En una jornada violenta plena de denuncias de fraude, 12 de los 18 candidatos presidenciales, entre ellos los favoritos Mirlande Manigat y Michel Martelly, denunciaron “una conspiración del gobierno y del Consejo Electoral Provisorio” y reclamaron la anulación de las elecciones, según ellos viciadas de nulidad por hechos de corrupción y fraudes a favor del candidato oficialista Jude Celestin, yerno del actual Presidente René García Preval. 

Los resultados de la primera ronda daban el primer lugar a la ex primera dama Mirlande Manigat, con el 31% de los votos, seguida por el candidato oficialista Jude Célestin (22%). El cantante Michel Martelly, que quedó en tercer lugar con 21% de los votos, rechazó los resultados.

Más adelante las cifras variaron y creció la certeza de que irían a segunda vuelta Manigat y Martelly. El Consejo Electoral indicó que «la eventualidad de un cambio de posición en la clasificación de los candidatos segundo y tercero en la lista publicada de los resultados preliminares del 7 de diciembre será tomada en cuenta en el marco del tratamiento de las impugnaciones».

Para muchos analistas Martelly podría ganar la segunda vuelta. Esta realidad es, sin lugar a dudas, altamente inconveniente para los Estados Unidos.  Es la cuestión  de fondo.

Frente a un Presidente  -Gracía Preval- que no garantiza nada y ha sido desbordado por los acontecimientos y con la posibilidad de que se haga con el poder “un progresista”, los EE.UU.  intervienen  desempolvando al ex dictador. Su misión -lo reiteramos-  es  ganar las próximas elecciones una vez que se anulen estas,  o provocar una revuelta frente a la cual no intervendrán los organismos internacionales. El objetivo es simple: quieren colocar a un hombre fiel a la política que marque el imperio.

Por cierto, la primer tarea de “Baby Doc» Opus Dos sería albergar legalmente las tropas norteamericanas que actualmente suman 15 mil efectivos que se alternan entre los barcos y la isla a fin de cumplir uno de sus objetivos estratégicos. Está en desarrollo una ofensiva militar norteamericana que tiene como pilares la instalación de nuevas bases y la ubicación de tropas de la OTAN  (ver notas en este blog sobre el tema).

Es una medida de alcance global para afianzar el imperio mundial único pero es también una respuesta a los gobiernos progresistas de la región. Está en consonancia con el golpe de estado en Honduras y los conatos en Venezuela, Bolivia y, recientemente, en Ecuador. La ventaja adicional para este plan -que es posible pero no sabemos si es real-  es que Haití no integra un bloque de peso como la UNASUR y está prácticamente indefensa. Seguiremos los acontecimientos.