Ayer publicamos la primera parte del escrito testimonial de Jorge González acerca de las elecciones democráticas en Cuba y hoy lo completamos. La división del artículo ha sido responsabilidad nuestra.

“No creo que pueda existir mayor orgullo personal que ser candidato en unas elecciones cubanas y llegar al término del mandato con la satisfacción de que los electores se han sentido representados en la Asamblea Municipal del Poder Popular y nos vuelven a proponer para un nuevo período, aun cuando en ocasiones no dispongamos de las condiciones y tiempo necesarios para complacerlos, siendo difícil decir NO a aquellas personas humildes y sinceras que más que a un representante de sus intereses van adoptando a un amigo, a un familiar cercano al que tutean como parte de su grupo íntimo y querido.

“Algunos podrán suponer que el Delegado cubano es un privilegiado del sistema y ¡cuán errados están! Este cargo público no implica salario ni prebendas de ningún tipo, las gestiones se realizan en nuestro tiempo libre, en las tardes, en las noches cuando otros ven la televisión o van de paseo y salvo excepciones, tienen las mismas carencias que cualquier otro de sus vecinos y sus mismas o peores necesidades, pero jamás podrán poner delante sus intereses personales porque en ese mismo instante perderían toda la confianza y el prestigio acumulado ante todos, que no riqueza material, pero más valiosos aún porque implica modestia, humildad y celo profesional, algo que no es posible comprar en ningún mercado de valores.

“Este 25 de abril me levanté muy temprano y ya a las cuatro de la madrugada estaba en el colegio electoral ayudando a las autoridades de la circunscripción a poner a punto el local del taller comunitario “Coloreando Mi Barrio”, adornado con dibujos infantiles realizados por los niños y donde las figuras de Martí, Bolívar, Fidel, Raúl o el Che, ocupaban espacios de relevancia junto al escudo y la bandera de la estrella solitaria y allí contemplé a personas muy ancianas que llegaban para tratar de ser el primer votante, a jóvenes que habían arribado a los 16 años de edad y ejercían por vez primera el sufragio, a los pioneros que custodiaban las urnas y decían :¡VOTÓ! , cada vez que una persona depositaba la boleta, entregar flores a los votantes de cada centena, ver el conteo de los votos junto a todos los que quisieron estar y conocer quién sería el nuevo Delegado -o más bien la nueva Delegada esta vez- y aplaudir su elección.

“En esta ocasión yo no había sido protagonista del suceso por decisión personal y profesional pero había disfrutado mucho todo el movimiento de centenares de vecinos que acudían a depositar su favor a uno u otro candidato, que lo hacían de manera sincera y sin presión de ninguna especie pues en Cuba este acto es totalmente voluntario y aquellas personas que no desearon acudir, pues simplemente se quedaron en casa haciendo uso de su derecho ciudadano.

“Yo pregunto sinceramente a los críticos de la Revolución cubana: ¿pueden señalarme algún ejemplo mayor de democracia que este que los cubanos vivimos cada dos años y medio, sin intervención de partidos políticos, ni de grupos de poder económico, ni presión de caciques locales, ni de alguien en particular que tenga intereses ocultos o públicos en algún candidato?

“¿Qué dirán ahora esos mismos críticos y “especialistas” de la agonía del sistema político cubano ante las cifras de votantes que han dado su apoyo a los candidatos del pueblo? ¿Dirán que son falacias y mentiras, dirán que hay fraude en las cifras “oficiales”, dirán que todo es una farsa montada por la dictadura de los hermanos Castro? Peor para ellos que no pueden dormir tranquilos ante la evidencia de un pueblo que se resiste a creer en sus engaños y apuesta por las cosas en las que cree y una de sus más preciadas joyas es precisamente su sistema electoral, aun cuando el mismo pueda estar sujeto a perfeccionamientos que el tiempo le exija.

“La lección de democracia revolucionaria para más de ocho millones de compatriotas entre los que me incluyo, no tiene duda alguna y la defenderemos como hacemos con el resto de las conquistas sociales alcanzadas en los últimos 51 años”.
Fuente:
http://www.kaosenlared.net/noticia/elecciones-democraticas-cuba