Lo que sigue es una breve y emotiva reflexión de Leandro Sánchez,*un periodista de los buenos que vive en San Miguel de Tucumán. El blog está predeterminado para publicar con mi nombre y por eso aparece. No sé cómo quitarlo cuando difundo el escrito es de otra persona y tampoco se justifica porque es poco lo que publico de otros autores. Pero lo aclaro en esta introducción que, si me descuido, va a ser más extensa que la reflexión de Leandro.
Me asocio de este modo a la serena alegría que nos trae a los argentinos de bien el hecho de haber recuperado a un nieto más. Vamos todavía Madres y Abuelas. Cada día es una victoria.
«El amor no desaparece
«Cada vez que aparece un nieto renace la esperanza. Tengo para mí que más importante que la aparición es la renovación de la esperanza. Hay abuelos que se fueron sin encontrar a sus nietos, pero hasta último momento tuvieron la esperanza y esa esperanza se renovó cientos de veces, para ser más exactos, 120. ¿Qué sería de estos abuelos sin esperanza? ¿Qué sería de cada uno de nosotros sin la esperanza? Por eso hoy celebro la renovación de la esperanza. No importa quién sea el nieto o los abuelos. Lo importante es que su aparición renueva las fuerzas y saben los abuelos, que aunque ellos partan y no puedan abrazarlos, seguirán apareciendo, recuperarán su identidad y los conocerán aunque más no sea en una foto, sabrán de su búsqueda y aprenderán la lección más importante de su vida: que el amor no desaparece. Como tampoco desaparecen los nietos y nunca, nunca, desaparecerán las abuelas….
Leandro Sánchez
* Dirige la revista Capacitados