“Les envío copia de la carta publicada hoy día 5 de diciembre en La Gaceta de Tucumán. Un abrazo. Javier”. Gracias Javier. Como la recibimos la publicamos.

«Sentido alegato contra la violencia de la guerra el de Carlos Duguech (LA GACETA Literaria del 28/11), aunque haya abarcado sólo la violencia armada, y no citado las violencias discriminatorias del hambre, la explotación y la pobreza, que tienen sumido al mundo en los flagelos del sufrimiento, la enfermedad y la muerte y provocan, sin explosiones, millones de víctimas inocentes. En actitud crítica se podría resaltar que se reprocha el grano, o sea la guerra, y no lo que la origina.

«Es importante resaltar el origen personal de esta enfermedad primitiva que es la violencia, que con los avances de la ciencia y la tecnología, resulta ya inoperante y peligrosa para un sano convivir y actualmente puede llegar a destruir el mundo. Porque la violencia adoptada por el hombre para su supervivencia, abarca también todos los aspectos de su vida de relación e intereses personales.

«La violencia defiende siempre los poderes de turno con mayor eficacia que las conductas represivas, pero degrada, divide y sectariza aquellos que debería estar socialmente integrado. Es necesario desterrar todo tipo de violencia y aquellos corazones dignos que luchan por superar sus lamentables consecuencias, deberían abarcarla en su  raíz y esclarecer a otros para comenzar entre todos a resolverla. Porque la discriminación social, como la rebelión de los esclavos contra Roma, destapa todas las ollas y el acceso a la información, esclarece sobre toda sectorización, aunque se trate de mantenerlo oculto, como sucedió con los secretos de Estado estadounidenses y genera resentimientos imposibles de dominar, por el encierro social y la inseguridad que producen. Como en las Coreas, divididas por el poderoso de turno, o en la antigua Yugoslavia, unida por Tito por la fuerza, que luego desencadenó tan sangrientas venganzas.

«La violencia produce sufrimiento, este la enfermedad, y esta, la muerte y ese es el camino social que nos espera si la seguimos. Parafraseando la hermosa cita expresada por Duguech: «Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. Cada vez que una vida es segada por la violencia de la guerra o cualquier otro tipo de violencia, aquí o en cualquier lugar del planeta».

Javier Astigarraga
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«NO hay CAMBIO que tenga sentido, si se pierde el sentido de la vida Humana»