La palabra humanismo ha dado lugar a una gama de usos que, generalmente, no peraltan sus significados profundos como filosofía o actitud ante la vida; contrariamente, se lo utiliza de maneras disímiles y hasta contradictorias que lo vacían de contenido. Hasta se ha llegado al extremo de que algunos han intentado un matrimonio contra natura vinculando el término “humanista” con “cristiano” siendo que el cristianismo persiguió al humanismo y lo condenó a la hoguera.

Hoy, a comienzos del siglo 21, cualquier persona entiende que en cada sistema de pensamiento hay una idea central o núcleo ideológico. En el Nuevo Humanismo (Silo) el valor central es el ser humano y de ahí se desprende una concepción del mundo; un tipo de economía basada en la solidaridad y no en la competencia; una descentralización del poder en beneficio de la participación directa del pueblo en las decisiones, o democracia directa; un tipo de relación entre los pueblos y entre las personas que privilegia la colaboración en desmedro del dominio o la destrucción; una actitud ante la vida y ante la historia que nos permite rescatar aportes de diferentes culturas; etcétera. Un muy largo etcétera donde cada elemento guarda coherencia estructural y forma una doctrina.

En síntesis, humanismo es un significante que tiene múltiples significados y tanto se usa como sustantivo o como adjetivo. Pero si precisamos y nos referimos a la frase “Nuevo Humanismo” debemos tener en cuenta al menos dos cosas: 1. Que esta proposición es patrimonio internacional de la corriente de pensamiento que funda Silo en los años 60; 2. Que hay que establecer y fundamentar cuál es la diferencia con el “viejo humanismo”, o, más propiamente, con las distintas corrientes que se han denominado humanistas. Para esclarecer este punto, recomendamos a Elisa Carrió -no conocemos una sola línea escrita por ella sobre el tema- la lectura del libro del científico italiano Salvatore Puledda “Interpretaciones del Humanismo” (Ediciones Virtual, Chile, 1995; y hay otras), que cuenta con un prólogo de Mihail Gorbachöv. Allí el humanista siloísta se refiere al “humanismo histórico occidental”, al “humanismo contemporáneo” (marxista, cristiano, existencialista o metafísico y al antihumanismo filosófico) y finalmente, al “Humanismo Universalista o Nuevo Humanismo”.

Sobre el final del libro, Puledda cita a Silo: “Creo que hoy está planteado con más urgencia que nunca el cambio del mundo y que este cambio para ser positivo es indisoluble en su relación con el cambio personal. (…)”. “Este antagonismo entre lo personal y lo social no ha dado buenos resultados, habrá que ver si no tiene mayor sentido la relación convergente entre ambos términos. Este antagonismo entre las culturas no nos lleva por la dirección correcta, se impone la revisión del declamativo reconocimiento de la diversidad cultural y se impone el estudio de la posibilidad de convergencia hacia una Nación Humana Universal”.

Silo no pretende tener el monopolio del humanismo actual pero es importante diferenciarlo para “no contribuir a la confusión general” El escrito -una suerte de Manifiesto- que mejor sintetiza la base del humanismo político es el Documento Humanista, la carta 6 del libro “Carta a mis amigos”, Silo, editorial Virtual, 1992. Está compuesto por los capítulos: 1.El Capital Mundial; 2. La democracia formal y la democracia real; 3. La posición humanista; 4. Del humanismo ingenuo al humanismo consciente; 5. El campo antihumanista y 6. Los frentes de acción humanista.

Otro libro imprescindible para ver la aplicación práctica del Nuevo Humanismo es “Carta a mis amigos sobre la crisis social y personal en el momento actual”, de Silo. “Fueron publicadas separadamente a medida que el autor las fue produciendo. Desde la primera, impresa el 21.02.91, hasta la décima y última, redactada el 15.12.93, pasaron casi tres años en los que ocurrieron transformaciones globales importantes”, se lee en la explicación inicial. Sobre este libro volveremos día a día para ilustrar a la gente de buena fe que puede confundirse con el humanismo cristiano que ahora pretenden vender como “nuevo”.