Hay innumerables blog y páginas de opinión que atraviesan este momento particular de la globalización como una corriente de aire fresco, principalmente porque aportan información que se diferencia del discurso consensuado por el poder financiero y los medios de comunicación. Pero también porque difunden sus puntos de vista con la honestidad de hacerlos visibles.
En una instancia histórica donde nadie cree y ya casi nadie esgrime -por vergüenza- la remanida frase “objetividad periodística”, estos reporteros, que tienen la valentía de explicitar su punto de vista y decir, por ejemplo, “soy humanista, desde ahí miro la realidad y esto es lo que veo”, están fundando un nuevo espacio de credibilidad. En este blog somos humanistas aunque nuestra palabra no es la oficial -tal vez porque no hay un”humanismo oficialista”- sino una más en la diversidad. Esa condición nos habilita a difundir otros modos de ver la realidad que aunque no sean coincidentes nos parecen dignos de consideración. Paco Vaquero del Partido humanista de España nos hace llegar estas reflexiones de Juan Carlos de Sancho cuyo espíritu compartimos.
“La Resistencia”
Por Juan Carlos de Sancho
“No me imagino un mundo justo sin una Resistencia activa y organizada. Resistir es mantener la dignidad viva, tener la certeza de que la rebelión insistente de mucha gente puede derrotar cualquier Totalitarismo. En momentos cruciales de la Humanidad, cuando la codicia y el fascismo de unos pocos pretenden apropiarse de lo que es de todos, la Resistencia del hormiguero es un mecanismo de lucha inaplazable. Es importante la paciencia, la organización, tener una conciencia clara y limpia, pensar en lo colectivo, desear el bien común, luchar sin descanso, tener los objetivos claros.”
“Vivimos momentos borrascosos, críticos. La clase política oficial se limpia las manos, ha perdido cualquier atisbo de autoridad moral. Su mísera actitud de desprecio a las verdaderas necesidades de la ciudadanía, su aristocrático proceder, hace emerger el populismo más nefasto, la necesidad por parte de amplias capas de la población de un Dictador que remedie el caos. Muchos intelectuales, escritores, artistas, periodistas han metido también la cabeza bajo el ala o se alían con el Poder para no perder prebendas. Algunos, incluso, colaboran con la propaganda oficial o mantienen un silencio sospechoso, cobarde. No se fían de su obra ni de su propio pensamiento libre. Necesitan de la protección estatal, gubernamental y venden su alma al diablo, defendiendo argumentos perversos, la ideología reinante, participando del boato oficial. Quieren también Poder.”
“Las palabras sanan o enferman y los que las pronuncian y escriben tienen una gran responsabilidad en todo lo que está pasando. El odio puede brotar desde cualquier micrófono, tertulia o periódico. El cuidado de lo que se dice debe ser extremo. El odio que nace del corazón y se cultiva en la mente y en las palabras puede acabar en la mano que porta una pistola. La Resistencia debe por tanto de ser humanista, pacifista, una lucha por la restauración de la dignidad colectiva: pero al mismo tiempo un esfuerzo constante para poner en marcha nuevos parámetros de conducta política, intelectual, económica, social e incluso moral. La desobediencia civil ante medidas opresivas debe ir acompañada de discursos contundentes pero no-violentos, de propuestas sabias y originales para la nueva restauración de la Democracia perdida. Después del Otoño y el Invierno llega la Primavera, pero no alarguemos el sufrimiento. Resistamos.”