El 11 de octubre de 1492 es el último día de libertad de los pueblos originarios de América. Al día siguiente serían “descubiertos” por europeos y comenzaría el genocidio de los pobladores de Abya Yala. Es una jornada de dolor propicia para la reflexión.

Para no repetirnos y sumar voces amigas les ofrecemos una escrito de Néstor Elías -una voz autorizada por su trabajo de campo y sus estudios- quien propicia la “revalorización de nuestras raíces explicando sin temores ni prejuicios todo lo sucedido durante el mal llamado proceso de colonización, cuando en verdad lo que hicieron fue liberar una zona para matar y robar todo lo que pudiera servir a los intereses de distintas coronas europeas en situación de riesgo”.

“Nada que festejar”
Por Néstor Elias

“Nos acercamos a un nuevo 12 de octubre. Dicha fecha recibió un cambio de denominación en el último tiempo y pasó de ser el obsceno «Día de la Raza» a ser hoy el «Día de la diversidad cultural».”

“Sin embargo, se sigue machacando sobre el mismo concepto…el 12 de octubre «empezó» algo nuevo en el continente. Por esa misma razón, entiendo que no es saludable conmemorar esa fecha, porque es la fecha símbolo de la consumación del apropio, de la muerte masiva, del robo más estrepitoso que ha sufrido nuestra Abya Yala, hoy devenida en América. El 12 de octubre es la fecha símbolo de la muerte de casi setenta millones de personas originarias de estas tierras. Todo ello se consumó con el fin de llevarse las riquezas de la misma y explotar a sus habitantes, someterlos y destruir esas culturas.”

“La mal llamada «llegada de la civilización» siempre estuvo ausente con especial morbo. Ellos se «cargaron» a distintas civilizaciones. Hubo muchos responsables pero ninguna culpa. Hubo muchas muertes pero ningún duelo. Hubo muchos festejos inmorales durante más de quinientos años y algunos resabios insolentes aún existen en todo el continente y por supuesto en la tierra de los apropiadores.”

“El cambio de «carátula» sobre esta particular fecha es una nueva muestra de no querer reconocer la más morbosa masacre que se haya gestado en el mundo a manos de quienes hoy ostentan «títulos de países centrales». Conmemorar el 12 de octubre es, más allá del maquillaje, seguir considerando la fecha en la que se empezó a expresar «lo nuevo» en favor de los intereses y los espantosos métodos del apropiador. No es una actitud valiente haber llamado a este día «Día de la Diversidad Cultural». Mucho menos considerarlo una fecha de feriado móvil en beneficio del negocio del turismo. Una actitud valiente sería sumar nuestra voz al día previo denominado «de dolor y consternación por la muerte de nuestros hermanos» y transformarlo en día de duelo continental (empezando por hacerlo nacional, que es hasta donde se puede tomar decisión ejecutiva) y durante el mismo propiciar jornadas de reflexión y revalorización de nuestras raíces explicando sin temores ni prejuicios todo lo sucedido durante el mal llamado proceso de colonización, cuando en verdad lo que hicieron fue liberar una zona para matar y robar todo lo que puediera servir a los intereses de distintas coronas europeas en situación de riesgo entonces.”

“Por supuesto que más valiente y honesto sería devolverle sus tierras, sus derechos integrales y sus formas de gobierno, es decir, sería mejor «sacarles los pies de encima» , mirarlos a los ojos y compartir con ellos el mismísimo proceso de la vida.”

“En este marco entiendo que nunca hubo y hoy tampoco, nada que festejar.”