Presentan Libro Malvinas

Presentación del Cuaderno “MALVINAS. Descolonización, Paz y Soberanía, editado por la CTERA y el Mopassol

PANELISTAS

Mario Volpe, presidente del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM), La Plata;

Horacio López, subdirector del Centro Cultural de la Cooperación;

Néstor Lucatelli, especialista en temas ambientales

COORDINA

Rina Bertaccini, presidenta del Mopassol

Lunes 16 de abril, 19 horas en el Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543, 3er. Piso, Sala Meyer Dubrovsky

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

Invita: Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol)

Malvinas, 30 Años

Aportes para el debate de Rina Bertaccini (vicepresidenta del Consejo Mundial de la Paz), Stella Calloni (periodista), Paola Gallo Peláez (abogada, MOPASSOL), Luis Ammann (PHI), y Jorge D’Alesio (PH).

Los vídeos fueron realizados por el MOPASSOL (Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos), organización que adhirió a la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia.

Los temas son: ¿Soberanía vs. Paz? (Rina Bertaccini); ¿Por qué interesan las Malvinas? (Stella Calloni); ¿Autodeterminación de los Kelpers? (Paola Gallo); ¿Qué es el TIAR? (Luis Ammann) y El caso de la base Diego García (Jorge D’Alesio).

http://youtu.be/3oFfKDbszEM

http://youtu.be/2hOU17csfRY

http://youtu.be/OvXMBtUYGA8

http://youtu.be/jUDVH4NO_sc

http://youtu.be/MvIFWZyqNIg

¿Tener o Ser? ¿Ser o Tener?

Anunciamos una nueva entrega de Ambiente y Sociedad (Año 12, nº 514) publicación semanal y gratuita de EcoPortal.net. Lo que sigue es la nota editorial de Ricardo Natalichio, Director de EcoPortal.net www.ecoportal.net

“¿Tener o Ser? La causa de las crisis económica y ecológica”

“Existe una forma de enfrentar definitiva y concretamente, la crisis económica y ecológica que afronta la humanidad y cuyas consecuencias estamos padeciendo día a día. Se trata de procurar cambios psicológicos profundos en el Ser Humano. Todo esfuerzo en otro sentido, será solamente maquillaje para intentar ocultar el envejecimiento amnésico y decadente de nuestra especie.

“El sistema que rige a la mayor parte de las sociedades humanas actuales es un producto de un “error evolutivo” muy anterior al establecimiento de este sistema. Es el efecto y no la causa de haber comenzado a creer que la fuente de la felicidad de nuestras vidas se basa en el “Tener”, dejando de lado cada vez mas el “Ser”. Es el producto del establecimiento de la propiedad privada, de haber pasado del altruismo al egoísmo.

“Hoy estamos tan alienados, que creemos que tener ha sido y será por siempre la categoría mas natural de la existencia humana. Y nos sorprendemos al enterarnos que en muchos idiomas no existe una palabra que signifique tener.

“Este sistema que exacerba y premia el egoísmo, la avaricia, el desprecio por la vida, es el producto lógico de que el Hombre haya centrado sus esfuerzos en tener y no en ser. Dejamos de preguntarnos ¿qué es bueno para el ser humano? Para pasar a preguntarnos ¿qué es bueno para el desarrollo del sistema?

“El propio concepto de desarrollo humano fue modificándose hasta entenderse como un equivalente a desarrollo del sistema, porque el sistema pasó a ser más importante que las personas.

“Entonces se plantea el siguiente problema: El sistema es cruel, injusto, vorazmente destructivo. Deja morir de hambre y sed a miles de millones mientras un pequeño porcentaje navega en la más obscena opulencia. Pero cambiar el sistema sin que en ese proceso cambien también las personas, nos llevaría a continuar por el mismo camino hacia el abismo, porque en esencia no estaríamos atacando la causa de la enfermedad, sino solamente ocupándonos de los síntomas que produce.

“Es necesario que paralelamente vayamos cambiando las personas, junto con el sistema, para que de esa forma se respeten los tiempos que ambos requieran.

“Parece que de todos los instintos que hemos perdido por habernos alejado de la naturaleza, estamos perdiendo el más importante, el de conservación (de la especie).

“El egoísmo no permitirá que quienes son personalmente beneficiados por el sistema, hagan nada por modificarlo. Pero las personas directamente perjudicadas -ya que indirectamente lo es cada ser vivo que habita el planeta- tenemos como primer batalla a librar, enfrentarnos y vencer a la “fatal pasividad humana”.

“Los cambios que debemos realizar son tan grandes, y se requiere tal esfuerzo, que corremos el riesgo de abandonarnos a esperar pasivamente la catástrofe, antes que encarar el sacrificio que conllevaría dedicarnos a hacerlos.

“Se necesita una modificación fundamental, una refundación de los valores humanos, con una nueva ética y una nueva actitud hacia la naturaleza.

“Sin embargo el hecho más alentador es que esos valores están adentro nuestro, no tenemos que inventar nada nuevo, ni salir a buscarlos fuera de la galaxia. Lo que debemos hacer es reposicionarlos en nuestra escala interna de prioridades.

“Si no tengo nada, aun sigo siendo. Pero ¿Qué puedo tener, si no soy?

“Gracias por acompañarnos. Nos reencontraremos la próxima semana, en una nueva entrega de esta publicación.”

Ricardo Natalichio, Director de EcoPortal

 

Malvinas ¡Argentinas Para la Paz!

La recuperación por Argentina de las islas Malvinas arrebatadas por el Reino Unido de Gran Bretaña en 1833 es una causa que sobrepasa la reivindicación nacional para convertirse en un asunto de interés latinoamericano. Así se lo ha entendido, expresado y concretado en acciones los Estados firmantes de la UNSAUR y de la CELAC. Es un avance notable respecto a 1982 y tiende a ser una carta de triunfo en la medida que el aislamiento del Reino Unido se acentúe, como parece demostrarlo la última postura de la diplomacia de los Estados Unidos de Norteamérica. Pero hubo que recorrer un largo camino y sobre él discurriremos más adelante.

Antes, por honestidad intelectual debemos fijar nuestra posición respecto a este tema y al sentimiento encontrado que produce centrar los reclamos por la soberanía de las islas el día en que una dictadura militar intentó tomarlas por la fuerza. Entendemos que es imprescindible separar la causa justa y necesaria de la recuperación soberana del territorio, de las acciones de militares que querían mantenerse en el poder a costa de la sangre de los soldados argentinos. Decimos justa porque el territorio fue arrebatado por la fuerza en un acto colonial y los pobladores trasladados al continente en un hecho contrario a los derechos humanos, para ser repoblado por súbditos ingleses; y necesaria, porque la pertenencia a Argentina, integrada a Latinoamérica, es una garantía de paz para la región. La desmilitarización del Atlántico Sur y la continuidad de su condición de espacio libre de armas nucleares, es una necesidad y sólo se puede garantizar dentro de una política de defensa nacional coordinada con la UNASUR.

Consideremos ahora cómo la acción bélica produjo efectos no buscados -ni siquiera imaginados por la miope mirada militar- al contribuir a la inserción de Argentina en el contexto regional merced a la divisoria de aguas que trazó el incumplimiento del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).

Este tratado (TIAR) fue firmado en 1947, terminada la Segunda Guerra Mundial y a comienzos de la llamada Guerra Fría, eufemismo que disfrazó los enfrentamientos  entre los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas por la hegemonía mundial.

Su objetivo declarado era unir al continente americano ante un ataque militar extracontinental; pero los Estados Unidos tenían intereses particulares, uno de los cuales era alinear a los países de América Latina detrás de su liderazgo.

El texto del TIAR, actualizado en 1975, es muy claro y no requiere interpretaciones. “Un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado americano, será considerado como un ataque contra todos los estados Americanos y, en consecuencia, cada una de las partes contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque”. En síntesis, se trataba de un pacto regional de defensa mutua.

El 2 de abril de 1982 se recuperan transitoriamente las Islas Malvinas por parte de las tropas argentinas y más allá de las intenciones de la dictadura militar al realizar esta acción, fue un hecho que se produjo sin causar bajas ni producir daño a los pobladores. Contrariamente, en el apropiamiento de las islas -entre el 20 de diciembre de 1832 y el 3 de enero de 1833- los británicos destruyeron las defensas militares, desalojaron a la guarnición argentina de 26 soldados y la población civil fue expulsada (método que luego utilizaron para dejar “libres” de personas la isla de Diego García, archipiélago de Chagos).

En definitiva, Argentina actuó para recuperar un territorio ocupado por tropas invasoras  y esa acción de fuerza abrió la controversia.

No vamos a abundar en detalles jurídico pero la diplomacia británica logró que la ONU declarase a la Argentina como “país agresor” y, con eso, que el TIAR no se aplicara, convirtiéndose en letra muerta.

La consecuencia del boicot de Estados Unidos a la aplicación del TIAR -cuya firma había propiciado- dejó en claro para todos los firmantes que: 1. había una intencionalidad política imperial consistente en sumar apoyo político y militar de los Estados americanos ante una posible confrontación con la URSS; 2. la alianza que privilegiaban los Estados Unidos como estratégica era y es con el Reino Unido de Gran Bretaña. 3. Los países latinoamericanos fueron conscientes de su indefensión y comenzó a gestarse un sentimiento de unión que ha crecido sin parar. Fidel Castro declaró en aquel momento que la lucha por Malvinas había “creado un patriotismo latinoamericano que nunca antes -dijo- hemos sentido tan intensamente. Hemos sentido la causa argentina como nuestra causa”.

Fue una lección dura; pero entendemos que fue útil a muchos países latinoamericanos que hoy no sólo tienen claras las intenciones de los Estados Unidos sino que están actuando en franca diferenciación. Es el caso del ALBA, notoriamente. Pero, además, no obstante la tibieza de otros gobiernos de la región, podemos advertir con satisfacción que el nivel de conciencia de los pueblos de Nuestra América ha crecido y crece a medida que se caen las máscaras del imperialismo.

Los únicos héroes de Malvinas fueron los soldados -chicos de 18 años- que valientemente se enfrentaron a un enemigo externo mejor preparado, equipado y conducido. Para ellos honor y gratitud y para los familiares de los que no volvieron la esperanza humanista de que encuentren “Paz en el corazón y Luz en el entendimiento”.

 

Recuperar el Sentido

Presentamos una nueva entrega de Ambiente y Sociedad, la publicación semanal y gratuita de EcoPortal.net Este es el número 513 del año 12. Lo que sigue es el editorial del Director Ricardo Ricardo Natalichio

“El sentido de nuestras vidas”

“La vertiginosa velocidad con la que han avanzado especialmente durante los últimos 300 años los conocimientos científicos y sus consiguientes aparatos tecnológicos, han producido un defasaje cada vez mayor entre lo material y lo emocional.

“Hoy la humanidad se maneja como un niño piloteando un avión supersónico. Suponiendo que se le enseñase básicamente como hacerlo despegar y realizar ciertos movimientos, se divertiría haciendo piruetas despreocupadamente hasta simplemente estrellarse.

“Se utilizan los más importantes descubrimientos científicos para la guerra o para el beneficio de una minoría.
“En pos de mejorar la calidad de vida de unos pocos, se usa y abusa de la otrora abundante naturaleza hasta el agotamiento, hasta la degradación total, hasta la extinción.

«Nos acercamos aceleradamente al fin de una era. No será en un momento exacto, pero se trata de un proceso que ya se ha iniciado. Las crisis financiera, alimentaria y ambiental están convirtiendo la vida de los seres humanos en una penuria constante. Hemos llegado al punto en el que la vida, lejos de disfrutarse, se sufre.

“Y se sufre mas allá de la posición económica de cada uno, no sólo sufre el pobre, sino también quien tenga conciencia de la realidad social y ambiental, pues es muy difícil ser plenamente feliz, siendo conciente de que miles de niños mueren cada hora por no poder acceder a unos pocos litros de agua potable, o que muchos millones padecen hambre crónica a lo largo de toda su corta vida.

“Ante esta penosa realidad, nuestra mente se defiende obstruyendo nuestros sentidos, obnubilándolos. Tapando nuestros ojos y dejándonos ver sólo por una pequeña hendija, eligiendo lo que nuestros oídos pueden escuchar.
“Pero en ese proceso de defensa ante la infinita injusticia de nuestra era, corremos el riesgo de perder nuestra sensibilidad, de acorazar demasiado nuestro corazón. Corremos el riesgo de dejar de sentir amor por el prójimo, por la madre naturaleza, por la vida.

“Nos endurecemos para sufrir menos. Adaptamos nuestros estómagos a la ingesta diaria de pesticidas, nuestros pulmones a respirar aire sucio, contaminado. Nuestros ojos a las distancias cortas. Nos molesta el silencio, porque estamos adaptados al ruido de los motores, de las bocinas, de las sirenas y las alarmas.

 “Quienes viven en grandes ciudades -se estima en unos años será el 80% de la población mundial- habitan en espacios cada vez mas pequeños y mas alejados de la naturaleza, donde no se siente el frío ni el calor. No se mojan ni embarran cuando llueve. Se ve de noche igual que de día. Se atrofia el cuerpo, porque se usa el ascensor, control remoto, picadoras, batidoras, lavarropas, comidas congeladas, microondas.

“Abramos nuestra mente, volvamos a sentir la lluvia en la cara y el barro en los pies. El frío, el calor. El canto de un pájaro, el perfume de una flor y el silencio. Abramos nuestro corazón y volvamos a sentir el dolor de la injusticia, de los niños que mueren de hambre y sed. Y luego volvamos a pensar cada cosa de las que, como autómatas, hacemos cada día. Volvamos a encontrar el sentido de nuestras vidas.

 “Gracias por acompañarnos. Nos reencontraremos la próxima semana, en una nueva entrega de esta publicación.
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