Volvemos sobre el tema Guinea Ecuatorial para difundir la médula de la información sobre la huelga de hambre del escritor Juan Tomás Ávila Laurel que, por cierto no está en el envío de Europa Press. Una lectora del blog -Ana Lúcia Sá- estuvo presente y nos hace llegar una versión de Afrol News más ajustada a los hechos. En síntesis, tanto el embajador de España en Malabo como el estadounidense lo apretaron para que deje de hablar acerca de la dictadura de Teodoro Obiang. Vean ustedes.
Afrol News, 18 de Febrero – “El escritor de Guinea Ecuatorial Juan Tomás Ávila Laurel, tras una semana en huelga de hambre por su oposición al régimen de Obiang, denunció hoy, tras finalizar su huelga, que recibió presiones por parte del embajador de España en Malabo.
(…) “Hoy, Ávila Laurel ha emitido un escrito en el que informa que «hoy he dejado la huelga de hambre que inicié el pasado viernes.[…] Permanecí en casa hacia el mediodía, cuando llegaron unos compañeros de trabajo y vieron la conveniencia de que me trasladara a la casa de uno de ellos. Lo hice, y de ella salí al día siguiente cuando descubrimos, o supimos, que el dueño de la misma era un pariente cercano de Obiang».
«No quise que mi situación salpicara a mi amigo, que no era guineano. Entonces los mismos amigos creyeron que todavía no tenía seguridad y me acogió en su casa un compañero de trabajo. Ahí estuve un día hasta que al siguiente fuí presionado por el embajador de España para que me dejara de alojar, pues eran incompatibles mis críticas a España vertidas a los medios en los días precedentes con la acogida que me brindaba. Además, no querían un incidente con el Gobierno del general Obiang», explica Ávila Laurel.
«Insistió, además, en que podía perder el trabajo si persistía en su actitud colaboracionista con la causa. Entonces, tomé la decisión de salir de allí. Hice una llamada al embajador de los Estados Unidos para que me llevara a mi casa, pues se ofreció a ayudarme en lo que hiciera falta en una llamada anterior. Pero no cogió el teléfono. Más tarde, horas más tarde, supe porqué. Se lo dijo a una amiga mía: yo había dicho algo que no debía, era excesivamente critico con su país en mis escritos», añade.
«Pero con el incidente del embajador de España mi huelga de hambre se abortó. No había tomado esa decisión tan drástica para salir de Guinea de manera tan precipitada, pero me sentí acosado por parte de alguien de quien no esperaba eso, por ser quien es. Ni de su colega. Claro todavía dejaban de creer que mi casa era segura, pero allá fui, dispuesto a seguir la huelga en ella, pero muy contrariado por la dura evidencia: donde se pueden hacer negocios los derechos humanos son un estorbo. Lo peor fue que mi huelga, una acción pacífica que pedía democracia y libertad, había sido vista con indiferencia por dos países que pregonan la democracia en todo el mundo», denuncia Ávila Laurel.
(…). “Por lo que he visto, hemos dado un paso grande. Ahora muchos ya saben que Guinea existe, pero debemos hacer más», concluye el escritor guineano, que permanece en Barcelona.
Como hemos señalado, las anteriores son notas que nos acerca Ana Lúcia Sá, asistente a la rueda de prensa de Juan Tomás Ávila Laurel. Por nuestra parte, habíamos adelantado como un éxito de esta acción de Juan Tomás el llamar la atención sobre la dictadura silenciada. Este artículo de Afrol News lo corrobora. Gracias Ana Lúcia.