Ayer llegó el año 5517 para el pueblo aymara. En Bolivia se lo recibió con una ceremonia en Tiwanaku en la que participaron miles de jóvenes con los brazos abiertos hacia los primeros rayos del sol. Era el crepúsculo de la mañana del primer día del solsticio de invierno y el comienzo de un nuevo ciclo agrícola. Una conmemoración que reafirma la identidad de una cultura largamente postergada pero jamás derrotada. No estuve allí, desafortunadamente, pero me refirieron todo lo que pasó y me parece que lo vi. Gracias María. 

El acto contó con la presencia de un número importante de visitantes de otras etnias -incluso blancos provenientes de distintas latitudes- que encontraron servidas las  “mesas” con ofrendas para lograr bienestar, salud, trabajo y amor. Asistieron campesinos y hubo citadinos y las mujeres de “Bartolina Sisa” (agrupación  de mujeres quillacollo) desplegaron su buena onda y con sus abrazos dieron un  tono de calidez contagiosa que desencadenó las emociones y los buenos deseos de unos hacia otros. La alcaldesa de Tiwanaku, Eulogia Quispe, destacó la diversidad de actividades culturales realizadas y el enorme significado que tienen en la cultura tiwanacota y la importancia que le da el gobierno que le ha otorgado carácter de celebración nacional al día “en que el sol retorna” o Willkakuti.  Nos unimos a los deseos expresados al finalizar las ceremonias: “Paz y prosperidad para el país y sabiduría para el presidente aymara Evo Morales.”Feliz Cambio de Estación

Los humanistas somos un pueblo psíquico disperso por el mundo y celebramos los cambios de estación. Es un modo de recordar que hay una Ley Universal de ciclos que se manifiesta en todas las expresiones de la vida.  Una tradición que comienza a afirmarse como signo de identidad cultural. Amigos: ¡Feliz invierno austral y Feliz primavera boreal!