Con la organización e intervención del movimiento Humanista como única organización laica, se realizó en Aguascalientes, México, un evento interreligioso en el marco de las actividades de la Marcha por la Paz y la No Violencia.

Participaron católicos, evangélicos, budistas, hinduistas y la cosmovisión indígena. En el encuentro acordaron un mensaje central: imaginar un mundo sin violencia y sin guerras donde el trato entre hermanos supere las diferencias de pensamiento y de creencias. En el Movimiento Humanista -es un hecho conocido- conjugan su accionar militantes ateos y creyentes de las más diversas confesiones.

El humanista Tonio Chávez afirma: “En el  encuentro se han realizado ritos y ceremonias sagradas de las diferentes tradiciones, logrando en muchos momentos que los presentes  conectáramos  con “lo profundo” experimentando una gran sensación de  paz interior”.

“La reunión ha finalizado con un pedido conjunto por el fin de las guerras y la adopción de métodos no violentos para resolver conflictos tanto personales como sociales”, agrega Chávez y cierra expresando un anhelo: “hemos deseado de corazón que la Marcha Mundial  mueva el corazón de las sociedades humanas por donde vaya pasando”.

Aguascalientes, ciudad ubicada al centro norte de la República de México, tiene al menos dos peculiaridades: su intensa vida cultural y la calidad de vida de sus habitantes, que la ubica en los primeros tres lugares del país en los últimos tres años (Encuesta anual de La Reforma). El lema de su escudo es una síntesis “Agua clara, claro cielo, buena tierra y gente buena”.

El fenómeno de adhesión que va despertando de modo creciente  la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia afecta y compromete a un espectro social cada día más amplio, que trae iniciativas de todo tipo. La paz, la No violencia y lo espiritual marchan de la mano.