El 4 de mayo de 2004 Silo habló en un paraje de la cordillera de Los Andes, en el sitio donde está el Parque de Estudio y Reflexión y lugar donde finalizará la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia que hoy recorre el mundo. En momentos en que se debate enla sociedad y en Comisiones del Congreso Argentino una ley que propone bajar la edad de imputabilidad a los 14 años y los medios de comunicación condenan en sus editoriales y notas a los chicos que quebrantan la ley -sin comprender el significado de esas palabras ni de sus acciones- Gigi Salas C. nos propone recordar sus palabras en aquella ocasión. SILO es el máximo referente de la No Violencia en el mundo actual e Inspirador de la Marcha Mundial.
«Tal vez piensen que volver a las primitivas prácticas de la pena de muerte, será un gran ejemplo social.
Tal vez piensen que penalizando progresivamente el delito cometido por niños, desaparecerá el delito… ¡ o desaparecerán los niños !
“Tal vez crean que trasladando la práctica de la “mano dura” a las calles, las calles serán seguras.
“Por cierto que estos problemas existen y se multiplican en el momento actual, pero con un enfoque violento de la violencia no resultará la paz.
“No resultará la paz desde esta visión zoológica de la vida que propicia la lucha por la supervivencia, la lucha por el predominio del más apto. No resultará este mito. No resultará la paz manipulando las palabras o censurando las genuinas denuncias que se hacen contra todo atropello y toda atrocidad que se comete contra los seres humanos. A esta alturas me cuidaré de no mencionar los “derechos humanos” porque también han sido vaciados de contenido y falseados en su significado. Ahora sucede que se bombardea a las poblaciones indefensas para proteger sus derechos humanos…
“No resultará la paz de esa visión zoológica de la vida que propicia un orden social en base a premios y castigos trsladando la domesticación animal al honorable ciudadano que comienza a entrenarse en la desconfianza, la delación y el mercadeo de sus afectos.
“Algo hay que hacer”, se escucha en todas partes. Pues bien, yo diré que hay que hacer, pero de nada valdrá decirlo porque nadie lo escuchará.
Yo digo que en el orden internacional, todos los que están invadiendo territorios deberían retirarse de inmediato y acatar las resoluciones y recomendaciones de las Nacione Unidas.
“Digo que en el orden interno de las naciones se debería trabajar por hacer funcionar la ley y la justicia por imperfectas que sean, antes que endurecer leyes y disposiciones represivas que caerán en las mismas manos de los que entorpecen la ley y la justicia.
“Digo que en el orden doméstico la gente debería cumplir lo que predica saliendo de su retórica hipócrita que envenena a las nuevas generaciones.
“Digo que en el orden personal cada uno debería esforzarse por lograr que coincidiera lo que se piensa con lo que se siente y lo que se hace, modelando un vida coherente y escapando a la contradicción que genera violencia.
“Pero nada de lo que se diga será escuchado. Sin embargo, los mismos acontecimientos lograrán que los invasores se retiren; que los duros sean repudiados por las poblaciones que exigirán el simple cumplimiento de la ley; que los hijos recriminen a sus padres su hipocresía; que cada uno se recrimine a sí mismo por la contradicción que genera en sí y en los que lo rodean.» (04-05-2004) Silo.