En 1960 los alumnos de 5º año, segunda división, egresamos de la escuela Dalmacio Vélez Sársfield de Villa Dolores, Córdoba. Cada uno con su diploma de Maestro Normal Nacional. Éramos cuarenta y seis chicos de entre  17 y 18 años. Algunos permanecieron en la ciudad y otros nos desperdigamos por la geografía del país. Varios ya no están entre nosotros, los demás nos apretujamos en la franja etaria de los “adultos mayores”, tomando lo de “mayores” como una certeza y lo de “adultos” como una probabilidad estadística.

Hace poco visitamos Villa Dolores para participar de una serie de actos realizados por jóvenes en el marco de la Marcha Mundial Por la Paz y la No Violencia. Fue una agenda apretada para un par de días y no alcanzó para visitar la escuela aunque sí para encontrar la lista de los compañeros (gracias Mónica Romera). Cuarenta y seis. Es cierto que la edad y los intereses nos llevaron por distintos rumbos pero es inaceptable que nos hayamos distanciados al punto de sentir -unos y otros- que nos hemos volatilizados. No parece justo.

Este es un mensaje en una botella lanzada al mar. No por proceder de un náufrago -aunque está dirigido a personas  perdidas ellas tampoco lo son-  sino por la incertidumbre de su destino: nunca se sabe quien podrá recoger la botella y leer su contenido. Menos aún se puede conocer qué hará el lector con lo que lea.  La ventaja es que el mar de la  Internet permite que la misma  botella se multiplique en direcciones y destinatarios; una pluralidad que puede ayudar a que nos encontremos y retomemos el contacto. Por eso esta nota.

Para saber de cada uno, apelo al azar pero, principalmente, a los hijos, sobrinos y amigos de quienes van a aparecer en esta lista, navegantes más asiduos -algunos viven ahí- de la realidad virtual. Están en el orden alfabético -los nombres copiados de la lista oficial-  y con el número que nos asignaran.

Estos son los compañeros que nos separamos a los 18 años: 1. Aguilera, Eulogio Bernardo; 2. Aguilera, Antonia Ilda; 3. Aguirre, Juana Yolanda; 4. Aguirre, María del Rosario; 5. Álvarez, Marta Lía; 6. Álvarez, Violeta Olga; 7. Ammann, Luis Alberto; 8. Araya, José Horacio; 9. Asia, Laura Inés; 10. Ávila, Juana Raquel; 11. Baretto, Amalia Teresita; 12. Bertoldo, Nelly Esther; 13. Bucco, Dominga Elvira; 14. Casas, Carlos Humberto; 15. Cruceño, Nelly Raquel; 16. Domínguez, Lucila Silvestre; 17. Ebling, Elsa; 18. Fernández, Elsa Mabela; 19. Flores, Marta Beatriz; 20. Fuertes, Norma Mercedes; 21. García, Agustina Alicia; 22. García, Nelly Nelva; 23. Gatica, Carlos Washington; 24. Gatica, Elsa Argelia; 25. Goette, Ángela Mercedes; 26. Gómez, María Teresa; 27. González, María Ester; 28. Iñones, Marta Elena; 29. Jara, Pilar Filomena Zubiat de;  30. Martinoli, Martha Evadina; 31. Martos, Juana Irma; 32. Morales, María Lidia Sulma; 33. Moreno, María Zulema; 34. Ochoa, María Elena; 35. Ortiz, Víctor Héctor; 36. Orozco, Edgar José; 37. Oviedo, Marta Miriam; 38. Pereyra, Eduardo Alberto; 39. Pereyra, Eduardo Dagoberto; 40. Porfirio, Raquel Julia; 41. Pueblas, Franklin Jesús; 42. Reyes, Paulina; 43. Rojo, Haydée Noemí; 44. Villareal, José Ángel; 45. Violino, Olga Raquel; 46. Zárate, Nélida Isabel.

Estamos a casi medio siglo de la última vez que compartimos recreos, clases, estudios, pruebas, exámenes, paseos,  bailes, miradas… Nos merecemos un encuentro para contarnos y compartir  lo que hemos hecho y lo que  no,  en esos 49 años de diáspora.  Pero, sobre todo, para proponernos y  encontrar nuevas imágenes trazadoras para el futuro. Hay mucho para construir y tal vez algo podemos hacer juntos.